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         En Sucre fomentan el cultivo de moluscos bivalvos para fortalecer la soberanía alimentaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el Instituto Oceanográfico de Venezuela, de la Universidad de Oriente, un proyecto busca fortalecer la seguridad alimentaria de Venezuela dar un aporte a la ecología del país por medio del cultivo de los moluscos bivalvos, una especie animal importante en las costas venezolanas. Dirigido por el

Grupo de Investigación sobre Biología de Moluscos GIBM-UDO, persigue la

restauración ecológica de los bancos de estos moluscos.

 

Según señala el Catálogo de Moluscos Bivalvos marinos de las Costas Nororientales

de Venezuela, publicado por la UDO, los bivalvos son un grupo importante desde

el punto de vista económico para Venezuela, “porque algunas especies sostienen

pesquerías de primer orden e importancia”. Pepitonas, ostras de perlas, almejas,

mejillones, vieiras, calamares y caracoles forman parte de esta especie.

 

Este catálogo también describe las características de esta especie: “Todas

se caracterizan por tener el cuerpo comprimido por dos valvas unidas

dorsalmente por medio de un gozne o ligamento, un pie muscular

característico y una cavidad que encierran los órganos, agrupados en una masa

visceral rodeada por un manto, el cual secreta la concha calcárea externa”. Aunque

no tienen ni cabeza ni cola definidas, en su interior tienen órganos identificados

como los del resto de los animales, como boca, labios, músculos, branquias y gónadas.

 

 

Según el documento "Cultivo de bivalvos en                                                                 criadero", de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura                                                             (FAO), los bivalvos se alimentan filtrando el alimento por medio de sus branquias, que                                                                poseen filmentos para inducir corrientes de agua, que luego son absorbidas por el                                                                      animal para ingerir organismos vegetales microscópicos llamados fitoplancton.                                                                                     “Los bivalvos pueden seleccionar parte del alimento y periódicamente los palpos                                                                             rechazan pequeñas masas de alimento, las pseudoheces, expulsándolas de la                                                                                       cavidad paleal, a menudo por un batido vigoroso de las valvas”, señalan.

 

 

 

En la UDO afirman que el desarrollo del proyecto de cultivo de moluscos bivalvos se realiza con la visión de utilizar la acuicultura para la disminución de la pobreza. Además, estas investigaciones también ayudan al desarrollo de tecnologías de reproducción y producción de estas especies en laboratorio, y la posterior restauración de bancos naturales en las costas venezolanas.

 

Moluscos bivalvos para la alimentación venezolana

 

El doctor César Lodeiros Seijo, coordinador científico de este proyecto, señala que esta especie de molusco es altamente nutritivo y además constituye un alimento de la dieta común en las comunidades costeras de Venezuela, por lo que su cultivo puede ayudar a atender la demanda de alimentos en Venezuela.

 

 

 

“Aunque sus bancos se encuentran, en su mayoría, sobreexplotados, son organismos candidatos para aumentar la producción por actividades de acuicultura y con ello, ponerlo a disposición a las crecientes demandas de alimento nutritivo y sano de Venezuela”, afirma el investigador.

 

Lodeiros explica que este proyecto se enfoca en la especie de moluscos bivalvos

por varios factores, pero fundamentalmente por su elevada fecundidad, su posición

de consumidor primario que conduce a que las actividades de acuicultura en ellos

generen poca huella ecológica, y por su carácter de bioingeniero pues sus

agregaciones son casas para otros organismos, lo cual aumenta la biodiversidad.

 

Precisamente, Lodeiros señala que esta práctica ayuda al desarrollo ecológico del

país. “Los bancos naturales de moluscos son sistemas que desencadenan 

flujos ecológicos muy importantes, por otra parte, su carácter bioingeniero,

genera el mantenimiento de la biodiversidad”, insiste.

 

 

La comunidad también participa

 

La integración de los pobladores de las costas venezolanas a este tipo de proyectos es fundamental, en especial las  comunidades pesqueras, señala el doctor Lodeiros: “Nuestro grupo de investigación, sea con el proyecto de producción de  semillas de moluscos bivalvos, o por otras actividades, siempre realiza actividades de integración al cultivo de las  comunidades pesqueras, particularmente acompañado con el INSOPESCA, Fundacite-Sucre y la Fundación para la

 

     Investigación y Desarrollo de la Acuicultura del estado Sucre.

 

       Los pobladores también son importantes, en especial en la conservación posterior del trabajo que se realice desde   el grupo de investigación. “Necesitamos educar la comunidad, que pueda respetar las leyes de la administración

de nuestros recursos naturales”.

 

 

 Llevan su

nombre por su principal característica física: Dos valvas unidas entre sí, lo que le da su forma particular.

 

Una ostra perla puede albergar unos 6 millones de huevos y un mejillón de 20 a 30 millones.

 

Las Ostras, Almejas,

Mejillones y Pepitonas

son especies de

moluscos bivalvos.

 

Participación en el proyecto

Instituto Oceanográfico de Venezuela-UDO

M.Sc. Roraysi Cortez

Dr. Luis Freites

Dr. Miguel Guevara

M. Sc. Maximiano Nuñez

Dr. César Lodeiros (Coordinador)

Dpto. Biología, Escuela de Ciencias-UDO

Dra. Vanessa Acosta

Instituto de Investigaciones en Biomedicina y Ciencias Aplicadas-UDO

Dr. Dwight Arrieche

Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayacán-UDO

M.Sc. Natividad García

Personal del Proyecto FONACIT-UDO

M.Sc. Adrian Márquez

Lic. Jormil Revilla

Lic. Jose Luis Peñuela

Lic. Katherine Malave

Lic. Luis Perez

LIc. Leandro Bastardo

Tec. José Antonio Venegas

Tec. José Miguel Salazar

Moluscos bivalbos

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